El atole como memoria colectiva: Maizena y mazapán reinventan un clásico del invierno mexicano
- Revista Booking
- 22 dic
- 2 Min. de lectura

Por: Liliana Hernández
En el imaginario cotidiano de México, el atole ocupa un lugar que va más allá de lo gastronómico. Es abrigo en las mañanas frías, acompañante de la charla familiar y una expresión viva de la cocina tradicional. No es casual que cinco de cada diez mexicanos lo consuman de manera habitual y que la mayor parte de ese consumo se concentre durante la temporada invernal, cuando el clima invita a regresar a los sabores que reconfortan.
En este contexto, Maizena y Dulces de la Rosa confluyen en una colaboración que reinterpreta uno de esos rituales cotidianos a partir de un sabor profundamente arraigado en la cultura popular: el mazapán. El nuevo Atole Maizena sabor Mazapán de la Rosa propone un diálogo entre dos referentes históricos de la mesa mexicana, uniendo la tradición del atole con uno de los dulces más emblemáticos del país, presente en la memoria de varias generaciones.
La alianza entre ambas marcas se construye desde la identidad y el significado cultural de sus productos. Maizena, con más de siglo y medio de presencia en los hogares mexicanos, ha sido parte del día a día culinario; mientras que el mazapán de Dulces de la Rosa se ha consolidado como un símbolo de lo popular, lo compartido y lo cercano. La transformación de ese dulce en una bebida caliente no solo amplía su forma de consumo, sino que resignifica la experiencia del atole como un espacio de pausa, convivencia y disfrute sensorial.
La llegada de este nuevo sabor estará acompañada por activaciones y experiencias de degustación en distintos puntos del país, pensadas para invitar a los consumidores a redescubrir el atole desde una perspectiva distinta. Además, el producto estará disponible próximamente en tiendas de barrio y supermercados, integrándose a la oferta cotidiana sin perder su carácter especial.
Esta colaboración adquiere un valor simbólico adicional en el marco del 75 aniversario de Dulces de la Rosa, una fecha que subraya cómo los productos tradicionales pueden evolucionar sin desprenderse de su esencia. En ese sentido, el Atole Maizena sabor Mazapán de la Rosa se presenta como un ejemplo de cómo la innovación puede dialogar con la memoria colectiva, conectando con nuevos públicos y reafirmando, al mismo tiempo, el vínculo emocional con quienes han crecido junto a estos sabores.
Más que una novedad, esta propuesta refleja una constante en la cultura mexicana: la capacidad de reinventar lo propio, de celebrar la historia a través del gusto y de encontrar, en lo cotidiano, pequeñas experiencias que apapachan.








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