Por: Liliana Hernández
Foto: Cortesía
Morris Gilbert, uno de los productores más grandes de la industria del teatro. Ahora se encuentra más que pleno por celebrar 46 años de actividades.
Cuando el 12 de enero de 1976 se estrenó Los hijos de Kennedy, su productor, Morris Gilbert tenía ya doce meses de “práctica real” en dicha actividad, pues desde exactamente un año antes, el 15 de enero de 1975, cuando debutó como actor en la obra Un proyecto para vivir, empezó a empaparse de los detalles de esa labor en la que hoy arranca su año 46 de actividad continua.
Morris incursionó en el ámbito teatral como actor, bajo la tutela de su maestro José Luis Ibáñez, en el ya citado montaje Un proyecto para vivir, que se estrenó en el teatro Manolo Fábregas, con las actuaciones de Fanny Cano, Carlos Bracho, Guillermo Murray y Ada Carrasco.
Un año después, y nuevamente bajo la dirección de Ibáñez, Morris realizó su primera producción: Los hijos de Kennedy, que se estrenó en el teatro Independencia, con un elenco integrado por Susana Alexander, Héctor Bonilla, Julieta Egurrola, Norma Lazareno y el mismo Gilbert.
Tras el obligado paréntesis que implicó el terremoto de 1985, retomó su actividad, centrado ahora en la producción, con montajes como Y seguir viviendo, Mi vida es mi vida, y Magnolias de acero.
Fueron los musicales Rent y El fantasma de la ópera, con los que OCESA abrió sus actividades en el Centro Cultural en el que se mantuvo activo por casi tres lustros; Master class, en torno a la figura de María Callas, y Actos indecentes, sobre los juicios a Óscar Wilde, fueron las producciones con las que Gilbert cerró el año 2000.
Los miserables, Hoy no me puedo levantar, La Bella y la Bestia, Mamma mia! y Chicago, fueron algunos de los musicales internacionales que se montaron en México en la primera década del siglo XXI, a los que se sumaron dos más, concebidos y desarrollados en este país. Ambos del subgénero conocido como “de rockola” (jukebox): Bésame mucho (boleros), y Mentiras (baladas de los 80), que se mantiene como el musical más longevo en México.
En 2013, la División Teatro de OCESA, encabezada por Morris Gilbert, cambia su sede habitual (Centro Cultural Telmex) por el Teatro Telcel, en Polanco, que se inauguró el 17 de octubre de 2013 con el musical Wicked, al que siguió El rey león, de Disney (que tuvo una temporada de 2 años y medio, con más de mil representaciones). Los miserables y Chicago son los otros dos musicales que han hecho temporada en este espacio.
En el terreno de las obras de texto (de cámara) producidas por Gilbert se encuentran Agosto, condado de Osage, Un dios salvaje, Locos por el té, La estética del crimen, La Venus de las pieles, Agonía y éxtasis de Steve Jobs, El crédito, Perfectos desconocidos, y TOC TOC (que en dos temporadas, 2010 y 2019, acumula más de 1500 funciones, y continúa en cartelera, en espera de la reapertura de teatros).
Y en México, el pasado 16 de diciembre se estrenó la más reciente producción de Morris Gilbert, el musical GHOST, La sombra del amor, que arrancó temporada con las mejores críticas y comentarios; y está en espera del estreno de Pequeñas grandes cosas, que estelariza Mariana Garza.
Este 12 de enero inicia para Morris Gilbert una vuelta más al sol en una actividad en la que sin duda se ha ganado el respeto y la admiración generalizada, y en la que aún tiene mucho, muchísimo que dar; y para la que habrá múltiples festejos, en cuanto la termine la emergencia sanitaria que se vive en el mundo entero.
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