Los Sistemas de Retención Infantil (SRI), mejor conocidos como autoasientos infantiles o silla para el auto son claves para la seguridad de bebés, niños y niñas o personas menores de 12 años y con una estatura menor a los 1.50 metros.
Esos sistemas mantienen
apartados a los menores de la estructura del automóvil, distribuyendo el impacto del choque para que el daño sea el mínimo posible.
Pueden reducir hasta 60% el riesgo de muerte en caso de sufrir un incidente vial, pero menos del 40% de los infantes lo usan actualmente. Por ello, Reacciona por la Vida y AXA México, comparten información para elegir e instalar el sistema adecuado dependiendo de la edad del menor.
El portabebés es recomendable para bebés de 0 a 12 meses con peso máximo de 13 kg. En la primera etapa del bebé, el cuerpo es muy delicado y cualquier movimiento brusco puede ocasionar daño. Debe colocarse en dirección contraria a la marcha para ofrecer una mejor protección, y el respaldo en una posición inclinada de entre 30 y 45 grados para reforzar el apoyo de la cabeza del bebé.
La silla para infantes, para niños de 1 a 4 años con peso de entre 9 y 18 kg. El sistema debe estar mirando hacia atrás y a partir de los dos años debe cambiar su orientación para mirar hacia el frente. Es indispensable que incluyan un arnés que sujeta de manera firme al infante, para repartir en un área más amplia el impacto de un posible choque.
El Asiento elevado, para menores de 4 a 12 años con peso de entre 15 y 36 kg. Este
permite utilizar el cinturón de seguridad del auto, y cruzar adecuadamente sobre el pecho y en diagonal por el hombro para bajar sobre la pelvis. El cinturón debe quedar cerca entre el hombro y el cuello para prevenir que un impacto vaya directamente al corazón y pulmones.
Es recomendable utilizar asientos que cumplan con estándares internacionales, con
certificaciones ECE R129 de la Comisión Económica Europea, y CFR de los Estándares
Federales de Seguridad de Vehículos Motorizados del Código Federal de Regulaciones
(FMVSS, por sus siglas en inglés) en EE. UU.
Es recomendable cambiar de silla a asiento cuando el broche de seguridad no está a la
altura de las axilas, las correas no están por encima el hombro y cuando el respaldo del
asiento está a la altura de las orejas.