POR: TERESA BRAVO
Actualmente vivimos en un mundo donde debería importarnos mucho el cuidado del planeta, es por ello que, Telefónica Movistar México y REMSA unen fuerzas para concientizar sobre el cuidado del medioambiente.
En conferencia de prensa, directivos de ambas empresas nos dieron los pormenores de dicha alianza, además de experimentar la oportunidad de crear nuestra propia lámpara, siguiendo este proceso del cuidado del ambiente.
"El impacto positivo que podemos lograr no es solo en el ambiente, los materiales reciclados también pueden ser utilizados con fines educativos, para prácticas con materiales y componentes provenientes de los dispositivos, contribuyendo con la formación de profesionales STEM”, señaló Ana de Saracho, directora de Asuntos Públicos, Regulación y Negocio Mayorista de Telefónica Movistar México.
Alianza que comienza con Recicla Electrónicos México (REMSA) para el reciclaje de equipos electrónicos y sus accesorios con el objetivo de reciclar más de 3 toneladas de electrónicos, contribuyendo de la mano de telefónica Movistar México con el manejo responsable de desechos electrónicos.
Para Telefónica Movistar México, impulsar la economía circular es un tema prioritario,
considerando que nuestro país ocupa el onceavo lugar en el mundo en la generación de
residuos electrónicos, de acuerdo con datos de “The Global E-waste Monitor 2020”,
realizado por la United Nations Institute for Training and Research (UNITAR).
“En Telefónica Movistar México buscamos construir un futuro digital más verde y sostenible, bajo acciones que tengan un impacto positivo en la sociedad y el medioambiente, nuestra alianza con REMSA acerca a más personas a reciclar a lo largo del país sin costo, tanto usuarios como no usuarios Movistar, podrán sumarse a esta campaña", agregó.
DATOS IMPORTANTES:
La reciclabilidad de los modelos más recientes de los smartphones está cercana al 80% y puede llegar hasta 90% en modelos modulares, de acuerdo con el sello Ecorating. Asimismo, se evita la liberación de metales como cadmio, plomo, antimonio, níquel o mercurio que son perjudiciales para la salud y los ecosistemas cuando son desechados en el ambiente natural, rellenos sanitarios o se entregan a mercados informales de reciclaje.