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La Costeña celebra una década de tradición con una noche donde el sabor se vuelve memoria

  • Foto del escritor: Revista Booking
    Revista Booking
  • 17 oct
  • 2 Min. de lectura
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POR: LILIANA HERNÁNDEZ


En un escenario donde la historia y la tradición se dan la mano, La Costeña celebró los diez años de su emblemática campaña “El Sabor Nunca Muere” con una experiencia que trascendió lo gastronómico para convertirse en un homenaje vivo a nuestras raíces. El Ex Convento de San Hipólito, joya histórica en el corazón de la Ciudad de México, fue el recinto elegido para presentar “Entre La Vida y La Muerte: De Flamenco a la Mexicana”, un espectáculo dirigido por la bailarina María Aliaga que fusionó arte, tradición y emoción.


La marca apostó este año por una mirada más íntima del Día de Muertos, evocando los sabores que permanecen como legado de quienes ya no están físicamente, pero siguen vivos en cada platillo, historia y altar familiar. Bajo esta visión, la celebración no solo fue un evento, sino un acto de memoria colectiva donde el pasado se sienta a la mesa del presente.


“Cada altar encendido es un abrazo cálido al alma, y los sabores de nuestra mesa son el puente que nos conecta con esas memorias. Con El Sabor Nunca Muere queremos acompañar a las familias en esta celebración, transformando la tradición en un momento de unión y homenaje que permanece más allá del tiempo”, expresó Ana Belén Díez, Directora de Mercadotecnia de La Costeña.


Por su parte, Alberto Arellano, Director General de la compañía, subrayó que una década de esta campaña no solo celebra el camino recorrido, sino la vigencia de lo que representa: “El Sabor Nunca Muere es hoy una expresión viva de lo que somos: una marca que une tradición, familia y orgullo mexicano. A diez años de su creación, seguimos mirando hacia adelante, innovando y compartiendo con el mundo ese sabor que nos identifica y nos emociona”.


La inauguración reunió a directivos, invitados especiales y amantes de la cultura mexicana, quienes fueron testigos de una puesta en escena donde el Ex Convento se transformó en altar, escenario y ritual. Entre luces, danza y evocación, la marca logró plasmar el espíritu del Día de Muertos en una experiencia que honra el pasado y celebra el presente.


Con esta edición, La Costeña reitera que las tradiciones se preservan cuando se viven, se comparten y se reinventan. Diez años después, una cosa permanece intacta: #ElSaborNuncaMuere.

 
 
 

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