POR: LILIANA HERNÁNDEZ
La cocina de un hogar siempre debe lucir impecable. Uno de los secretos es mantener la estufa limpia, pues es el corazón de la cocina y donde diariamente se elaboran los platillos para toda la familia.
Para una limpieza óptima es necesario saber del material que están hechas las
estufas, sobre todo la cubierta. Las más comunes son de acero inoxidable, aunque otras más cuentan con una cubierta de cerámica en algunos de sus modelos que no se raya, no se mancha ni se decolora.
Es por esto que Koblenz, la marca consentida por las familias mexicanas,
presenta algunos tips para cuidar tanto la apariencia del producto, como las
cubiertas para poder mantenerlas como nuevas.
Para las cubiertas se sugiere:
Limpiarla inmediatamente después de usarla, así se evita que la grasa o
residuos de alimentos se peguen y se dificulte retirarlos después.
Evitar usar fibras que rayan o dejen marca sobre la superficie.
Utilizar una esponja suave con agua o vinagre blanco y pasarla por la
cubierta; para finalizar, secar con una toalla o paño limpio.
Para el producto se sugiere:
No usar quitamanchas, productos abrasivos o aceitosos que puedan
deteriorar la estufa.
Utilizar un paño húmedo y enseguida uno seco, esto se puede hacer tanto
para producto de acero inoxidable, como para el de acabado porcelanizado.
Para las perillas, se pueden usar toallitas húmedas. Se debe limpiar una por
una.
En el caso del horno, es importante no usar fibras que deterioren las
paredes, es mejor usar el paño húmedo con agua o vinagre blanco, es fácil
de hacer y lo deja perfectamente limpio.
En realidad, el secreto está en no dejar de limpiar la estufa cuando se termine de
utilizar, aunque no sea precisamente después de cocinar cada alimento, pero sí es
importante que se haga la limpieza al finalizar el día; dejarla para después puede
provocar manchas o cochambre difíciles de quitar.
Con estos tips de los expertos de Koblenz, las estufas siempre se mantendrán
como nuevas.