Por Susan Bowerman, MS, RD, CSSD, CSOWM, FAND, director Senior, Educación y Capacitación Nutricional Mundial, Herbalife Nutrition
La nutrición está relacionada directamente en la forma en cómo nos sentimos, nos vemos y nos desempeñamos cada día, por ello los consumidores empiezan a ver la salud y bienestar de una manera más holística. La mayoría de nosotros quiere mejorar en estos tres aspectos en nuestra vida y entendemos que la nutrición es fundamental para lograrlo. A continuación, presentamos las tendencias en nutrición para este nuevo año.
Alimentación a base de plantas: Atendiendo la sustentabilidad y el desperdicio alimentario.
Existen dietas veganas, vegetarianas o flexibles y continuará esta tendencia por mucho tiempo más. Las dietas basadas en plantas no son nuevas, pero cada día este tipo de productos se vuelven más populares ya que atraen a las personas que reconocen los beneficios tanto para el cuerpo como para el planeta. La alimentación a base de plantas está llena de nutrientes comparado a las calorías que se consumen. Las frutas, verduras, leguminosas y granos enteros son una excelente fuente de vitaminas, minerales y fitonutrientes y, de manera natural, están libres de colesterol.
La mayoría contribuye con una cantidad importante de fibra, que ayuda a mejorar la salud de la microbiota y cuidar del sistema digestivo, apoyando al mantenimiento del sistema inmune y reduciendo la inflamación.
Además de los beneficios a la salud, los consumidores incluyen más alimentos vegetales en su dieta a raíz de una preocupación por el cuidado del medio ambiente y nuestros sistemas alimentarios. Según un estudio de la Universidad de Oxford, el consumo de carne produce el doble de emisiones de gases de efecto invernadero que una dieta basada en plantas y los consumidores son cada vez más conscientes del rol que sus decisiones pueden tener en la protección del medio ambiente.
Hay estudios que demuestran que la cosecha de alimentos vegetales requiere de menos recursos naturales y es más amigable con el medio ambiente que la cría de animales para el consumo. Si la tendencia de consumo continúa hacia más alimentos de origen vegetal, se podrá tener un impacto significativo en la reducción de la deforestación, la degradación del suelo y las emisiones de gases de efecto invernadero que se asocian con la producción de carne.
Personalización
Los consumidores se están alejando de las dietas generales para llegar a sus objetivos. La nutrición personalizada o precisa, que utiliza la dieta, el estilo de vida y los biomarcadores individuales para sugerir una dieta más relevante para cada individuo sigue incrementando popularidad. Se calcula que el mercado global de la nutrición personalizada tuvo un valor de $14,612.1 millones de dólares en 2021 y se proyecta un alcance de $37,286.9 millones de dólares para el 2030, casi tres veces la tasa del mercado de 2021 según investigaciones.
Este fenómeno tiene mayor relevancia entre los millennials y la Generación Z, de los cuales el 49% y el 37% respectivamente, expresaron una fuerte preferencia por productos, servicios o aplicaciones que aprovechan los datos de cada uno para personalizar la experiencia como consumidor. (McKinsey)
Hay varios factores que determinan cómo se puede personalizar la dieta. Cada vez se conocen más opciones para obtener una evaluación personalizada y así conocer más de nosotros mismos. Esto nos ayuda a personalizar nuestras dietas para mejorar la salud o cumplir objetivos específicos.
Nutrición de doble función
Otra tendencia que estamos viendo es el incremento de demanda de productos y alimentos que se dirigen a múltiples dimensiones del bienestar. Los consumidores conocen más de nutrición y a su vez, se vuelven más proactivos en su atención médica, por lo que buscan formas para mejorar su salud a través de alimentos funcionales y que ofrezcan beneficios más allá que su simple valor nutricional. Las frutas, verduras, nueces, semillas y granos enteros son ricos en nutrientes y se consideran alimentos funcionales, y también pueden ser los que están fortificados con nutrientes como vitaminas, minerales, fitonutrientes, probióticos y fibra.
Por ejemplo, los consumidores de hoy buscan productos que apoyen los desafíos de salud física y mental. Esto incluye elementos como tés de hierbas que ofrecen un gran sabor y al mismo tiempo pueden tener sensación de calma o relajación, además de mejorar el sueño. Por otro lado, un ejemplo, el colágeno es un ingrediente muy popular que se está abriendo camino en muchos alimentos funcionales y se sabe que apoya la salud de piel y tejidos, al mismo tiempo que ayuda a la apariencia del cabello, la piel y las uñas.[1]
Los amigos del intestino
El interés de los consumidores en alimentar el microbioma intestinal saludable continuará aumentando en 2023. Una dieta rica en fibra prebiótica ayuda a promover el crecimiento de las baterías buenas (probióticos) en el sistema digestivo y promueve el equilibrio adecuado de la microbiota. Tomando en cuenta que muchas personas comen menos de la fibra de la recomendada al día, consumir alimentos con mayor contenido de fibra y suplementos, si es necesario, podrá traer muchos beneficios. Los probióticos se encuentran naturalmente en alimentos como el yogur, el kéfir, el tempeh, el miso y las verduras fermentadas en escabeche, pero también se encuentran de una manera más prominente que nunca, en una gran variedad de suplementos alimenticios.
Seguramente veremos más productos con prebióticos y probióticos en el mercado y una gama cada vez mayor de probióticos que abordan problemas de salud específicos. Además, se podrán ver más productos dirigidos a problemas digestivos específicos como los que no tienen gluten.
Las dietas amigables con el intestino están incrementando en popularidad por los efectos que un microbioma sano tiene en la salud general del cerebro ya que se encuentra en constante comunicación con el tracto digestivo. De hecho, hay evidencia que sugiere que cuando el microbioma interactúa con el sistema nervioso central, la química del cerebro se regula e influye en el sistema neuroendocrino asociados con la respuesta al estrés, la ansiedad y la función de la memoria. Los expertos han encontrado que nuestro cerebro no solo es “consciente” de nuestros microbios intestinales, sino que estas bacterias pueden influir en nuestra percepción del mundo y alterar nuestro comportamiento, lo que sugiere que cuanto más saludable comemos, mejor es nuestro estado mental.
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