El año 2024 comienza con una nota de optimismo tras los resultados en 2023, que son de un crecimiento mayor a lo esperado. El reto para México y para la región fronteriza está en aprovechar tendencias como el nearshoring para atraer inversiones y que éste no sea “el año de lo que pudo ser”.
Este es uno de los mensajes que se comunicaron durante el webinario ¿Qué nos espera
el 2024? Perspectivas económicas y la relevancia de la región fronteriza. Éste fue
impartido por expertos de CETYS Universidad, a través del Centro de Investigación
Económica del Noroeste (CIEN).
El riesgo electoral
Los analistas esperan un crecimiento de 2.5% para México, un ritmo menor al de 2023,
con la inversión en infraestructura y un fuerte consumo interno como principales motores.
El riesgo sigue siendo la interdependencia con Estados Unidos y una posible ralentización al norte de la frontera.
En este contexto, la región de “Calibaja”, que agrupa al estado de Baja California y al de
California en Estados Unidos debe prepararse para aprovechar oportunidades de
atracción de inversión nueva. Calibaja representa una economía de 250,000 millones de
dólares (mdd), y un flujo comercial de 70,000 mdd.
Al respecto, Alejandrina Barajas, maestra en Economía Aplicada e integrante honorario
del CIEN, resalta que existe el riesgo de que el año no cumpla con las expectativas
optimistas con las que empieza. El gran reto para el país es convertir este optimismo en
acciones claras, y “que no queden los ganadores de siempre”.
En ello coincide Manuel Lecuanda, doctor en Economía y profesor de tiempo completo del Colegio de Graduados de CETYS Universidad. “Estos buenos resultados los obtuvimos por la alta dependencia e integración con Estados Unidos. El dinamismo en este país explica el crecimiento en México, una ralentización podría afectarnos”, refiere el también miembro del CIEN.
México requiere aprovechar todas las oportunidades de atraer inversión, para seguir
creciendo, sin sufrir el efecto externo, complementa Alfredo Valadez, doctor en Ciencias
Económicas y profesor de tiempo completo en CETYS Universidad. “Si no lo hacemos,
éste puede resultar el año de lo que pudo ser”, resaltó.
Los expertos añadieron que las elecciones en México y Estados Unidos serán elementos
de incertidumbre, que pudieran tener efecto en la inversión a ambos lados de la frontera.
La diferencia contrastante entre los candidatos a la presidencia podría retrasar decisiones de inversión, coincidieron.
Por ejemplo, en referencia a las disputas comerciales que actualmente se dirimen entre
ambos países dentro del marco del T-MEC, éstas podrían tomar cursos diferentes. “La
reelección de Joe Biden sería una continuación del proceso de resolución de
controversias, sin que se afecten las relaciones entre ambos países. “Con Trump, las
negociaciones se podrían tornar más agresivas”, dijo Alejandrina Barajas. México es la
parte que ha incumplido en el tratado, señala Manuel Lecuanda.
La relación transfronteriza
En particular, Baja California tiene el reto de integrarse con la quinta economía del mundo: el estado de California, señala Alfredo Valadez. “No se trata solamente del comercio binacional, sino de buscar una mayor articulación, alinearse a los procesos productivos más importantes”. En particular, y dado el desarrollo de la industria de alta tecnología en lugares como Silicon Valley, el gran objetivo es la fabricación de semiconductores.
Entre los elementos a favor para que este tipo de inversión sea atraída a Baja California
está la presencia de una industria manufacturera tecnológica importante. “Un tercio de la economía del estado depende de las manufacturas, en particular, la industria de
maquinaria y dispositivos tiene un peso de 50%”, agrega Alejandrina Barajas. La entidad
tiene una fuerte presencia de la industria aeroespacial, de dispositivos médicos,
automotriz y de autopartes, entre muchas otras. Esta diversificación la hace más capaz de absorber la fabricación de semiconductores.
Sin embargo, se requiere una mayor inversión en infraestructura estratégica para
aprovechar las oportunidades, dice Manuel Lecuanda. Vialidades, transporte, nuevos
espacios para parques industriales. “Keynes se retorcería en su tumba ante esta falta de
inversión en infraestructura”, apunta Alfredo Valadez.
La ventana del nearshoring
Respecto del nearshoring, los expertos del CIEN señalaron que se trata de una ventana de entre tres y cinco años, que en México es todavía una promesa. “La inversión es finita, hay una competencia por el capital del nearshoring. La ventaja de México es el tema geográfico, pero la pregunta es si realmente hay una política industrial para aprovecharlo.
Hay que contemplar los aspectos fiscal, laboral y educativo”, menciona Alfredo Valadez.
Coincide Manuel Lecuanda en que “es la mayor de las oportunidades, y nos estamos
quedando cortos. La mayor parte de la inversión extranjera directa corresponde a
reinversión de las empresas ya existentes”. Añade que en el pasado existieron estímulos
fiscales a la inversión y otras ventajas que hoy se han abandonado.
A esto añade que la pandemia trajo consigo un grave retraso en la productividad, que aún no se ha recuperado, y que tampoco hay acceso al financiamiento, para el
aprovechamiento o pequeñas y medianas empresas.
La fuerza migrante
El webinar concluyó con una referencia a un carácter propio de la región fronteriza: el
desplazamiento interno y la migración. Sobre este tema, los expertos coinciden en que la migración es un factor positivo para Baja California. “Tijuana es el municipio más poblado del país y el segundo con menor desempleo. Tijuana es de migrantes: esto suma”, describe Alfredo Valadez.
Agrega Lecuanda que la migración ha sido muy positiva. Menciona el caso específico de
la migración haitiana, que “se ha integrado de manera muy positiva al mercado laboral;
son muy comprometidos con el trabajo”.
Concluye Alejandrina Barajas que de hecho el estado deberá prepararse para la atracción de migración calificada, con el objetivo de hacer del nearshoring una realidad y no una oportunidad perdida.
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