Por: Agencia
El diseño de las oficinas es un elemento determinante para la creación de equipos de trabajo sólidos, que gestionen sus actividades enmarcados por una atmósfera que promueve su bienestar físico y mental. En este sentido, durante años se apostó por incorporar elementos que remitieran a la libertad o a la naturaleza para sentirse en espacios únicos a pesar de estar dentro del inmueble.
Desde hace una década, se determinó que los coworkings o los espacios abiertos eran una alternativa innovadora para aumentar la productividad. Estos favorecían el confort acústico y visual por su propuesta de tener áreas libres e incluso flexibles que difuminaban las estructuras, provocando una convivencia entre los colaboradores, aunque pertenecieran a diferentes áreas y especialidades. Sin embargo, el momento actual aceleró el cambio de paradigmas en el diseño de los espacios de trabajo.
En esta circunstancia se vuelve primordial referir a los espacios de trabajo. Primero porque el regreso a los inmuebles es inminente. Después, porque habrá otros sitios en el que se gestionarán las actividades. Los colaboradores están transicionando de ser sedentarios a nómadas, confirman expertos de PM Steele®
El principal racional es que seguir trabajando es prioritario, a la par que debemos evitar la agrupación en los inmuebles y mantener la sana distancia para salvaguardar a nuestra fuerza laboral.
Consideremos que, a la larga, el distanciamiento social podría impactar en las relaciones, en la creatividad y por ende en los resultados. Por ello, los esquemas mixtos serán una opción. Cuidando a los equipos que asistan a la oficina mientras se optimiza el modelo home office o adaptan otros lugares para gestionar, de manera remota, las actividades, enfatizan los especialistas en el diseño de muebles de oficina.
Un factor clave en esta revolución, es que la salud de los colaboradores ahora involucra la ergonomía y la paz mental; la cual provendrá, en mayor medida, de que sientan el apoyo y el esfuerzo por parte de sus líderes para minimizar riesgos dentro de sus inmuebles, reconociendo que su capital humano es vital para el funcionamiento de la empresa. De ahí la importancia de que los espacios corporativos resulten confortables y seguros para trabajar en adelante. En este sentido, es prioritario entender cómo se va a adaptar una barrera física que, a la vez, rompa la sensación de aislamiento. Sabemos que la separación física entre los colaboradores en sus estaciones de trabajo, salas de juntas, áreas comunes e incluso, con el cliente es sustancial para prevenir contagios. Cuidar que los biombos y mamparas sean transparentes beneficia el aislamiento a la vez que optimiza la interacción y da la sensación de proximidad. En esta etapa, un mobiliario para los ambientes colaborativos de las empresas debe considerar, entre otras cosas: el material, por ejemplo, acrílico y/o plástico; una altura óptima de 60 cm. para favorece la interacción; la adaptabilidad en escritorios y mesas; las necesidades y espacio de cada sitio, refieren los creadores de STEELE® COV, una línea emergente para satisfacer las necesidades actuales de las oficinas. Adicional, hay un arduo trabajo para adaptar las dinámicas, desde la circulación, evitando los flujos cruzados para reducir los contactos cara a cara, hasta los procesos de convivencia general. Muchos se preguntarán si estos cambios establecerán una revolución de los espacios de trabajo y la respuesta es sí. El nuevo concepto emanará de la mano de los nómadas que necesitan atmósferas ergonómicas y seguras, donde pueden estar en sus casas, a la vez que están cerca de sus líderes para hacerse visibles, seguir creciendo dentro de la empresa o institución, impulsar sus resultados y el servicio al cliente, mientras están protegidos ante la contingencia sanitaria. Con ello, miles de empresas está a marchas forzadas, para tener procesos organizacionales disruptivos que implican aceptar el home office como una realidad permanente, a la vez que se impulsa a los centros de trabajo como el lugar donde quieres estar.
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